Tipos de pintura

Por todos es sabido que cada color genera sensaciones y emociones diferentes en la persona que se expone a ellos. Ahora bien, ¿te has parado a pensar cómo puede afectar esto a un trabajador en su entorno laboral? El color es uno de los elementos que más influye en nuestro estado de ánimo, nuestras emociones y que nos provoca reacciones fisiológicas. Ofreciendo al trabajador un ambiente visualmente cómodo, que reduzca su fatiga visual, aseguraremos una mejora de su rendimiento. ¿Qué aspectos deberás tener en cuenta para conseguirlo? Te lo contamos en las siguientes líneas.

Cuando entramos a hablar de color, la primera distinción que hay que hace es entre los dos grandes grupos: colores cálidos y fríos. Los primeros son los considerados como estimulantes, alegres y excitantes (rojo, amarillo y sus combinaciones). A los segundos se les atribuyen cualidades tranquilizantes, sedantes e incluso deprimentes (azul, verde y sus combinaciones). Existe otro tercer grupo perteneciente a los colores neutros, al que pertenecen el blanco y la gama de grises.

En el lugar de trabajo se invierten muchas horas del día realizando un trabajo que, por lo general, termina convirtiéndose en algo monótono y mecánico conforme avanzan las horas del día. Potenciar a través del color en pasillos, paredes, techos o equipos conceptos como la motivación, comodidad o la amplitud nos ayuda a crear en el trabajador un efecto psicológico favorable y que se sienta en un entorno agradable.  

Te dejamos unas recomendaciones generales para ayudarte a mejorar la comodidad en el entorno de trabajo :

• Utiliza colores fríos y neutros en los lugares donde se exija una gran concentración, puesto que los cálidos (especialmente amarillos y rojos) tiene un efecto activador que inquieta y dispersa el pensamiento.
• Por el contrario, si quieres crear un entorno donde la creatividad fluya libremente, optar por colores cálidos te ayudarán a ello gracias a sus cualidades para mejorar el estado de ánimo y promover la proactividad y positivismo.
• Utiliza colores específicos (como el amarillo) para señalar los riesgos existentes, maquinaria, tuberías, conductores eléctricos…
• Si deseas ampliar el espacio, los colores fríos deberán ser tus aliados. Sin embargo, un exceso de ellos enfriará y entristecerá el espacio.

Sin embargo, nuestra últimas y principal recomendación es la siguiente: evita los excesos del mismo color o grupo. Demasiados colores cálido estimulan en exceso a quien los ve y cansan visualmente, generando tensión psicológica. Demasiados colores fríos genera monotonía y termina produciendo aburrimiento. Por ello, opta por combinar colores en función de tus intereses en cada momento y en cada lugar para obtener así los resultados que buscas.

 
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