Blog

¿Conoces las pinturas intumescentes? Se trata de recubrimientos que se aplican a varios tipos de materiales, aunque tienen mayor uso en los materiales metálicos, en paredes o en maderas. La finalidad principal de la aplicación de este tipo de pinturas es asegurar la estabilidad del edificio en casos de incendio el tiempo suficiente para que sea evacuado y el servicio de extinción pueda luchar para sofocar las llamas. Esto se consigue mediante la aplicación de un recubrimiento que proporcione aislamiento térmico e, incluso, dispersión o absorción del calor.

La pintura intumescente es una de las alternativas de qué disponemos para conseguir la estabilidad de las estructuras metálicas frente al fuego. El principio de su funcionamiento consiste en que por la acción del calor sus componentes hacen una reacción química de intumescencia progresiva que da lugar a una masa carbonosa con un coeficiente de transmisión térmica muy bajo, mil veces menor que el del acero. Su grosor aumenta unas 50 veces su volumen inicial y la pintura se transforma en un grueso almohadón aislante que protege la estructura metálica de la acción del fuego.

Opcionalmente se puede aplicar una capa de esmalte satinado, ignífugo de acabado excelente en ambientes marinos, industriales o en el exterior.

Lana de roca

La lana de roca, perteneciente a la familia de las lanas minerales, es un material fabricado a partir de la roca volcánica. Se utiliza principalmente como aislamiento térmico y como protección pasiva contra el fuego en la edificación, debido a su estructura fibrosa multidireccional, que le permite albergar aire relativamente inmóvil en su interior.

La lana de roca es un material no combustible, siendo Clase A1 según la clasificación europea de reacción al fuego de los materiales de la construcción (Euroclases). Se utiliza como protección pasiva contra el fuego en edificios, pues conserva sus propiedades mecánicas intactas incluso expuesta a temperaturas superiores a 1000ºC.

Protección con Vermiculita

La perlita es una roca volcánica, vítrea, que contiene agua en el interior de su molécula, que debidamente triturada y después de un proceso de expansión (aumenta 20 veces su medida) a una temperatura de 1.200 ºC sigue conservando todas las propiedades iniciales del mineral; no es tóxica, es incombustible y es muy ligera. Con este proceso conseguimos que tenga un gran volumen, poco peso y baja conductividad térmica y acústica.

El mortero de perlita utilizado en la protección pasiva contra el fuego está compuesto por áridos ligeros de perlita y vermiculita, ligantes hidráulicos, controladores de endormecimiento y material rodante de proyección. Se aplica mediante una máquina mezcladora automática de proyección por vía húmeda con bomba helicoidal y, una vez proyectado, tiene un aspecto de color blanco marfil y tacto rugoso. Además, puede ser pintado posteriormente del color que se elija con pintura plástica o acrílica.